miércoles, 26 de octubre de 2016

SEMBLANZA DEL Dr. ANTONIO DUBRAVCIC LUKCIC

AL MAESTRO CON CARIÑO

 Dr. Abundio Baptista Mora 
Médico Especialista en Leprologia e Infectología

En ésta oportunidad quería yo hablar solamente del médico, del maestro, pero es inadmisible hablar del médico solamente, porque perderíamos la esencia de su extraordinaria personalidad, y por tanto pido el consentimiento para ampliar en algo el alcance de mi razonamiento. Como por estas opiniones, que algunos verán un tanto exageradas no acaba de saberse a quien me refiero,  voy a decirlo y con más justeza y puntualidad, empezando por ponerse en claro algunos antecedentes de su clase: me refiero al Doctor Antonio Dubravcic Lukcic; el médico, el maestro, el profesional, el amigo, el filántropo; dueño de un temperamento equilibrado, circunspecto en sus ideas, razonable en sus sentimientos, prudente en sus acciones, toda su personalidad se irradia céfiro en una templada y viril generosidad.  
Su vida y su formación
Dr. Antonio Dubravcic Lukcic, nació en la ciudad de Oruro, un 14 de julio de 1938. Ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Charcas, de donde, un 25 de julio de 1963, obtiene el título Académico de Doctor en Medicina y Cirugía. En fiel cumplimiento del servicio rural, presta sus servicios en el Centro Minero de Catavi.  Realiza su formación en la especialidad de Urología – Nefrología en el Hospital Militar Central de Bogotá, Colombia. Complementa su formación en el Hospital Universitario de Haifa, Estado de Israel; Escuela de Medicina de la Universidad de Miami; Servicio de Urología del Hospital “El Salvador” Santiago de Chile.
Cargos que desempeño: 
Catedrático de Nefrología en la Facultad de Medicina. Director del Departamento de Medicina, Director de Carrera de  Medicina, Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca; Médico Fundador del Servicio de Nefrología del Hospital Santa Bárbara; Fundador del Servicio de Nefrología y hemodiálisis en el hospital “Jaime Mendoza” C.N.S.; Médico Urólogo _ nefrólogo; Jefe del Servicio de Cirugía, Director de Enseñanza; Jefe Médico Regional de la Caja Nacional de Salud. Director del Hospital "Jaime Mendoza"  Caja Nacional de Salud.
Sociedades científicas a las que pertenece:
Miembro correspondiente de la Sociedad Colombiana de Urología. Sociedad Boliviana de Urología. Socio correspondiente de la Sociedad Israelí de Nefrología. Socio Fundador de la Sociedad Boliviana de Nefrología. Confederación Americana de Urología; Sociedad Latinoamericana de Nefrología; Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”; Director de la Revista de la Facultad de Medicina: “Archivos Bolivianos de Medicina”. Presidente del Comité Organizador “III Jornadas Nacionales de Medicina Interna; III Jornadas de Nefrología y V Jornadas de Cardiología.
En el Instituto Médico Sucre, ex Editor de la Revista y página web  durante 12 años
Vicepresidente de la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”; editor del Boletín de esa institución.
Académico de la Academia Boliviana de Historia de la Medicina
Condecoraciones y distinciones:
·       Distinción al mérito “Bodas de Plata Profesionales”  Sociedad Boliviana de Cirugía – Filial Sucre;
·       Medalla de Oro, Premio al  Mérito Profesional, Colegio Médico de Bolivia 1995;
·       Medalla de Oro y Diploma al Mérito Profesional “Sociedad Boliviana de Urología”1997
·       Plaqueta de Reconocimiento por el ejercicio profesional  “Sindicato Médico y Ramas Anexas” Caja Nacional de Salud de la Regional Sucre
Inefable profesor

Su voz cálida y fina, con destellos de una policromía académica matizada con los más exquisitos florilegios,  no se la lleva el viento: queda perdurando como paradigma de generaciones posteriores; y su cátedra es su obra, obra de arte, de pensamiento, de filigrana que adorna y modela al hombre, al estudiante, al profesional, que en sus ansias de aprender encuentra al ideal orfebre, el maestro; el que transforma las verdosas aguas para convertirlo, de inútil y estéril que es, en abundosa tierra fértil, copiosa de ideas; floresta abundante de pensamientos, numen del saber. ¡Cómo olvidar tus gestas insigne maestro!
                    amigo Maestro, son tus sinceros apotegmas y enseñanzas, de egregia prosapia, que se reflejan en tu rostro escrita con brío a modo de blasón…

Versatilidad viva, verbigracia: literato, académico e historiador
“Todo cuanto se haya dicho o se haya hecho, si no está escrito: ni se ha dicho ni se ha hecho”, reza un adagio nacido de la experiencia, que demuestra la importancia de contar con una cronología documentada de los acontecimientos médicos suscitados en cada escenario y en su tiempo. Sin este rigor pragmático, no se hubiera llegado a conocer ni difundido el “Canon de Avicena”, que fue la regla médica durante cinco o seis siglos., ni a Lucas de Antioquía, médico de la escuela Helénica,  asistente de cabecera del apóstol Pablo, que tiene en su haber el libro de los Hechos y el  Evangelio que lleva su nombre. Lo antedicho es una mínima muestra.
No pretendo referirme a literatos que sean un modelo de casticismo, ni a sufridos poetas, menos a excelsos historiadores;  pero,  Antonio Dubravcic exterioriza su diáfana intensión,  sus ansias de servicio pletóricas de voluntad, floresta del saber, que con su hermosura  testifican la suficiencia en profundidad de  pensamiento, en brillantez de expresión y sutil imaginación. ¡Admirable maestro!

…Las artes existen porque los hombres están ávidos de percibir la belleza; las ciencias y el conocimiento, porque los hombres están sedientos de verdad; así podrán aprender cuál es la evolución de la humanidad y se verá que el progreso de la ciencia y el conocimiento son el alma de la evolución en todas sus manifestaciones…

Tal vez este deleite que siente Antonio Dubravcic, ésta placentera contribución retórica en la bella obra propia, sea el manantial más fecundo del cual se nutre el valor artístico literario; que impulsa el pilar fundamental que sustenta las raíces más íntimas del conocimiento ─ la investigación ─  alimento científico  que vuela céfiro en busca de la presta e inteligente receptividad,  sin la cual las sociedades están condenadas a vivir aplicando cataplasmas y lenitivos a su horizontal mediocridad,  y se acuestan entonando sus tristes melopeyas y ufanos soliloquios.
¡Si eres de bienes atesorar,  e impávido soslayas el conocimiento…!
¿De qué te vale tu tesoro, entonces, médico pusilánime?
¡Debajo tus “hábitos” te mofas  donosamente de todos y de ti mismo!

Este amor a la belleza del arte, la historia y la literatura es completamente desinteresado y de manera admirable, de éste desinterés deriva sus más puros e intensos placeres, que son como su recompensa a sus fatigas, incomprensiones y aciagos momentos.  
Para quienes fuimos discípulos de Antonio Dubravcic, significa la sutil rúbrica puesta en el perpetuo acontecer de los sentimientos, eso significa Antonio Dubravcic, para quienes fuimos sus discípulos en la cátedra, ahora, amigos y colegas; serás por siempre, paradigma en nuestros andares.  ¡Admirable Maestro!

Sinceramente,

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