Antonio Dubravcic Luksic
(Sucre, Bolivia)
La ciudad de
Sucre fue fundada sobre una población indígena precolombina situada en el valle
formado por los cerros Sica-Sica y Churuquella. La fundación data de 1538,
se menciona a Don Pedro de Anzures, Marqués de Campo Redondo como
fundador de dicha ciudad. (Plano de
Sucre: Ildelfonso Lujan 1779) (1)
La Real
Audiencia de Charcas fue creada por el rey Felipe II de España
el 4 de
septiembre de 1559 como parte del Virreinato del Perú, y regulada por reales
cédulas de 29 de agosto de 1563, del 1 de octubre de 1566 y 2 de mayo de 1573
(1)
LA MEDICINA
INDÍGENA
Cuando
los españoles llegaron a tierras americanas, pudieron comprobar que los
indígenas no desconocían el arte de curar. Guiados por el instinto de
conservación, los aborígenes aplicaban las propiedades curativas de las
hierbas, las plantas y hasta las vísceras de ciertos animales, para mitigar los
dolores. Con procedimientos primitivos —en que buscaban la colaboración de la
brujería y el fetichismo— aplicaban remedio a enfermedades desconocidas por los
europeos, como las fiebres tropicales, la disentería y el paludismo. En caso de
infecciones o mordeduras de animales ponzoñosos, acercaban la herida al
fuego" hasta que ya no podían soportar el calor".
En el Imperio Incaico se realizaron
difíciles intervenciones como la trepanación craneana, demostrada en los
hallazgos arqueológicos, el arte de curar entre los indígenas fue siempre muy
útil a curanderos, exorcistas y hechiceros. La superstición del aborigen le
permitió creer en la existencia de espíritus maléficos causantes de las
enfermedades.
Desde el punto de vista científico, no puede dudarse que los médicos españoles encontraron en el Nuevo Mundo sencillas y útiles nociones empíricas, surgidas de hombres que vivían en contacto directo con la naturaleza. El hecho es indiscutible —escribió el historiador Furlong— y el encuentro de la medicina europea con la americana no fue un choque sino un abrazo. Ninguna de las dos repudió a la otra, antes se complementaron espléndidamente.
El aporte de la medicina indígena se reflejó en los siguientes progresos científicos:
a) Enriquecimiento de la farmacopea con nuevas drogas, como la jalapa, la quina, la coca, el bálsamo, la zarzaparrilla, etcétera.
b) Se imprimieron en España —más tarde en América— textos sobre el empleo de esos medicamentos.
c) Fueron enviadas expediciones científicas a las nuevas tierras, la primera de ellas a cargo de un Protomédico General de Indias
Desde el punto de vista científico, no puede dudarse que los médicos españoles encontraron en el Nuevo Mundo sencillas y útiles nociones empíricas, surgidas de hombres que vivían en contacto directo con la naturaleza. El hecho es indiscutible —escribió el historiador Furlong— y el encuentro de la medicina europea con la americana no fue un choque sino un abrazo. Ninguna de las dos repudió a la otra, antes se complementaron espléndidamente.
El aporte de la medicina indígena se reflejó en los siguientes progresos científicos:
a) Enriquecimiento de la farmacopea con nuevas drogas, como la jalapa, la quina, la coca, el bálsamo, la zarzaparrilla, etcétera.
b) Se imprimieron en España —más tarde en América— textos sobre el empleo de esos medicamentos.
c) Fueron enviadas expediciones científicas a las nuevas tierras, la primera de ellas a cargo de un Protomédico General de Indias
En la época precolombina, los incas y los aymaras,
contaban con medios terapéuticos rudimentarios, pero efectivos para su tiempo,
que con el correr de los años siguen siendo utilizados, inclusive en
nuestros días está reviviendo la costumbre de emplear muchas
plantas medicinales con buenos resultados como preconiza la medicina kallahuaya.(10)
En el Ckollansuyo, habitaron los
“Charcas”, que estuvieron constituidos por los “quillacas”,”sipe-sipes”,
“cundu-cundus” “yamparas” y otros grupos, habitantes de las punas y de los
valles templados.
Los
charcas integraron la nación aymara que por sucesivas invasiones de los
incas, adoptaron gran parte de sus costumbres y su idioma, de tal manera que el
quechua hablado en Chuquisaca tiene un gran porcentaje de términos de aquella
lengua, así tenemos el ejemplo de “Pampa Yampara” que es de origen aymara (9).
Para
el quechua, el origen de muchas enfermedades constituye un misterio, para
diagnosticarlas y curarlas se recurría simultáneamente a explicaciones y
remedios de tipo cósmico ancestral, incluyendo una rica tradición en el manejo
de la farmacopea andina.
LOS KALLAWAYAS, alcanzaron su apogeo en las prácticas médicas, es posible que existieron como un grupo especializado mucho antes, la primera referencia que se tiene corresponde al siglo XVIII, en los escritos de Guamán Poma los menciona diciendo: “llevaban resinas aromáticas, incienso, quinina, yerbas medicinales, recorrían todo el territorio del virreinato, restituyendo la salud con la juiciosa aplicación de mezclas de yerbas y virtudes específicas a diversas enfermedades” (6)
Cada kallawaya conocía
entre 300 a 350 especies vegetales diferentes, la división entre plantas
calidas y frescas, las primeras se utilizaron para sacar el calor, tratar la
fiebre, provocar sudores, curar las insolaciones; las segundas se
utilizaron para tratar las fiebres menores, debilidades, anemias,
enfriamientos musculares etc. Su utilización simultáneamente en las prácticas
médicas mágicas y rituales tanto por los quechuas como por los aymaras
(5)
A finales del siglo XVIII
circularon en Charcas libros manuscritos que describían las propiedades
curativas de las plantas y animales, en 1769 se escribió un manuscrito que
recopiló diversos conocimientos de la medicina indígena, escrito por el médico
Martín Melgar, dicho manuscrito fue publicado en 1943 por Don
Gunnar Mendoza, Director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
(6)
LA COCA (CCOCA O
KUKA) es
utilizada desde la mas remota antigüedad, ¿Cuándo se la descubrió?, es
una interrogante que ha quedado en el misterio. Una leyenda hace coincidir la aparición
de la coca con las alteraciones geológicas que se produjeron en el macizo
andino del continente. Khuno, el señor de la tempestad, del rayo y del trueno,
se volvió celoso y egoísta por el poder que ostentaban los auquis (consejeros
ancianos) y los jilakatas (jefes o capataces) para disponer la quema de
los bosques, ello desato la furia de Khumo que envió a la tierra rayos truenos,
relámpagos, tormentas con lluvias y granizo, asolando los sembradíos. Los
pobladores sobrevivientes deambularon en busca de alimentos, encontraron el
arbusto de la coca, provistos de ese hallazgo pudieron sobre llevar sus
necesidades, a esa planta le pusieron el nombre de kukka, le atribuyeron
diferentes cualidades sagradas, por esa razón su consumo en principio fue
solo autorizado en los rituales religiosos y grandes festividades, era de
tanta estimación la hoja, que solo la conocían los reyes y nobles… a los
plebeyos les era prohibido su uso sin licencia del Inca (3.8)
Ramas de coca ceñían la
frente de los héroes, adornaban sus altares, los adivinos usaban las hojas de
coca para pronosticar la ventura o la desgracia, a decir de Gracilazo de la
Vega “echavan la yerba llamada cuca, como
diziendo que la ofrescian a la Pachamama lo mas preciado que llevaban”(6.7).
Los conocimientos empíricos sobre la utilización de yerbas y demás menjurjes, fueron el fruto de una largísima práctica, con éxitos y desengaños, que a través del tiempo pasaron a integrar el acervo de la sabiduría de los hechiceros y curanderos. (6)
Los conocimientos empíricos sobre la utilización de yerbas y demás menjurjes, fueron el fruto de una largísima práctica, con éxitos y desengaños, que a través del tiempo pasaron a integrar el acervo de la sabiduría de los hechiceros y curanderos. (6)
Louis Girault,(8) ciudadano
francés, que falleció en La Paz, publico un libro intitulado “Guerisseurs
Iterants des Andes”, en esas observaciones Girault, se refiere al uso
sistemático de una farmacopea vegetal, constituye una de las colecciones de
plantas más grande del mundo, relacionada con los principios activos de
las plantas, la constatación del uso de aproximadamente de 980 especies
botánicas, el conocimiento de los efectos farmacológicos, así como la
clasificación, los métodos de recolección y el uso del nombre de las plantas
tanto en quechua (khesbwa) y aymara, implica una larga traición de empirismo
médico que emergió en el devenir de la Colonia en el siglo XVII, como una
necesidad para llenar un vacío.
EL
ALCOHOL,- Los
habitantes del continente americano, utilizaban una variedad de bebidas
alcohólicas, entre ellas la mas conocida la chicha en base a la fermentación de
la harina de maiz. El Padre Acosta manifiesta “No les sirve a los indios el maíz solo de pan sino también de
vino, porque de él hacen sus bebidas, con que se embriagan. El vino de maíz en
el Perú se llama azúa, en el Alto Perú akha”. En las tumbas antiguas
(chullpas) no faltan los vasos de arcilla con huellas de chicha y las mazorcas
de maiz junto a las hojas de coca para alimentar al difunto en la otra vida (2.8)
LA ANESTESIA no era desconocida, un procedimiento
práctico fue la alcoholización, muchas operaciones fueron realizadas bajo el
efecto del alcohol: perforaciones de las orejas, amputaciones, trepanaciones
del cráneo etc. Practicaban las sangrías, el objeto no fue precisamente
eliminar la sangre, sino el dolor y otros fenómenos locales. Utilizaban
diferentes instrumentos: espinas, huesos, dientes, el más utilizado fue la
lanceta o punta de pedernal. Una de las indicaciones corrientes de las sangrías
era las cefaleas. En casos de congestión visible de la cara o del alcoholismo agudo,
la indicación era la sangría urgente. Las heridas fueron suturadas con cabello
humano o fibras vegetales, mediante agujas de madera o hueso (14)
LAS TREPANACIONES
Se
remontan a los primeros periodos de la cultura y civilización de Tiwanaku,
establecida en los territorios que actualmente ocupan parte de Bolivia y del
Perú. Por todos los datos obtenidos estamos convencidos que esta práctica se
llevó a cabo en vida de los sujetos, por la presencia de signos de regeneración
ósea que se perciben examinando los bordes de las craneotomías, pudiéndose
apreciar la sustitución de los alvéolos de la capa esponjosa del diploe por el
tejido compacto, lo que demuestra en forma contundente un proceso de
osificación. Esto nos prueba que las trepanaciones fueron seguidas de una
sobrevida más o menos prolongada (5)
Protomedicato
Fueron
pocos los médicos que llegaron con los conquistadores y con conocimientos
reducidos se menciona a los maestros Alonso y Diego (cuyos
apellidos no se han conservado) médico el primero y cirujano el segundo, que
acompañaron a Cristóbal Colon en el descubrimiento del Nuevo Mundo.
En su
recorrido por el continente americano, los conquistadores dejaron
tras de sí muchos soldados muertos, ya sea por las enfermedades, por los accidentes,
por las heridas o por los envenenamientos provocados en la lucha
contra los indígenas. Para solucionar esos problemas los Reyes Católicos
redactaron una reglamentación "Para los servicios sanitarios y en Medicina
de Campo". Promulgaron las llamadas “Leyes de Indias”, el 11 de enero
de 1570.
En fecha 4 de octubre de 1782 la Audiencia de
Charcas presentó un alegato solicitando que el protomedicato se
instale en Charcas, sede de la Universidad, cuyas partes más importantes del
mismo indican:”… En esta ciudad, que entre las del distrito es una
de las mas civilizadas, apenas tiene un médico de profesión, asalariado,
pero fuera de él parece existen otros ocultos… Siendo como es muy profusa la
población y existencia de médicos útiles, conceptúa este aspecto que el método
mas facil y adecuado para conseguirlos es fixar y establecer el
protomedicato en esta ciudad.(14)
Establecida la República, el Presidente
Mariscal Andrés de Santa Cruz en 1833 emitió la Ley del 31 de octubre,
reglamentando el funcionamiento del Tribunal del Protomedicato, el Dr. Passaman
y Camino José Francisco Esteban, natural del País Vasco – España, considerado
como uno de los mas eminentes médicos en los primeros años de la república de
Bolivia, fue nombrado Protomédico General, la mencionada ley estableció el
funcionamiento en La Paz de un “tribunal provisional del Protomedicato”(11)
El 22
de julio de 1843, el Protomedicato cambio de sede, estableciéndose en Sucre,
fueron designados el Dr. Matías Agois como Protomédico y los Drs. Manuel
Ascencio Cuellar y N. Corominola como vocales. Posteriormente fueron designados
Presidente del Protomedicato el Dr. Manuel María Núñez y vocales los doctores
Manuel Mariano Montalvo y N. Matienzo, ellos fueron los últimos miembros del
Tribunal (11)
Hospital Real de
Santa Bárbara
EL
HOSPITAL “SANTA BÁRBARA” cumplió el 1 de enero de 2016, 456 años de su
fundación. Su historia es tan rica que es considerado patrimonio de la salud
pública americana, ya que de todos los nosocomios construidos en ese siglo sólo
queda el de Sucre.
El
filántropo Bartolomé Hernández, en 1554, se estableció en la Villa de La Plata
próspero mercader y afortunado minero. En su domicilio organizó un albergue
donde proporcionó a los enfermos hospedaje, curación y alimentación. Así este
filántropo industrial fue el precursor del hospital.
Con el
propósito de preservar la salud y proteger el capital humano, en las villas y
ciudades recién fundadas, el Rey Carlos V, dictó una Orden Real que instruía: “Encargamos
a nuestros virreyes, audiencias y gobernadores, que con especial cuidado,
provean que todos los españoles, indios de sus provincias y jurisdicciones, se
funden hospitales donde sean cuidados los pobres enfermos, y se ejercite la
caridad humana…”. (12)
Valentín Abecia indica que el “Real
Hospital de Santa Bárbara”, se estableció en razón de la importancia que
adquirió la Villa de La Plata por ser residencia de los hijos de los
conquistadores, de ricos mineros y de gente más notable que venía de la
Península (13)
El 21 de enero de 1899 Las Siervas de
María tomaron posesión del Hospital y también del Manicomio “Pacheco”. Al
cumplir 50 años de benéfica labor en Bolivia, en 1949, el Supremo Gobierno de
la Nación, en reconocimiento a sus méritos les concedió la máxima condecoración
boliviana, “La Medalla del Cóndor de los Andes”.(12)
Han transcurrido 456 años desde la
fundación del Hospital “Santa Bárbara”, innumerables generaciones de médicos y
estudiantes han trajinado por sus salas y patios coloniales, cual si fuera un
libro abierto, han aprendido a curar las enfermedades, se han formado médicos,
bajo la tutoría de la Facultad de Medicina dependiente de Tricentenaria
Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (11)
Bibliografía
1.- Abecia
Valentín “Historia del Chquisaca” pag
85; Editorial Charcas, Sucre 1939
2.- Balcazar Juan
Manuel “Historia de la Medicina en Bolivia”, Edición “Juventud” La Paz 1956).
3- Cobo Bernabé, “Historia del Nuevo Mundo”
4.- Antonio Escorza http://www.lagranepoca.com).
3- Cobo Bernabé, “Historia del Nuevo Mundo”
4.- Antonio Escorza http://www.lagranepoca.com).
5.- Alvarado Ramiro
“Trepanaciones y deformaciones craneales en Tiwuanaco”
http://www.revistamedica.8m.com/histomed120B.htm
6.- Gracilazo
de la Vega, Inca “Comentarios Reales de los Incas” Buenos Aires 1943
7- Guaman Poma de Ayala “Nueva crónica y Buen Gobierno” México 1930
8- Rodríguez Rivas Julio. “Médicos y Brujos en el Alto Perú” Edit Los Amigos del Libro Cochabamba 1989)
9- Girault Louis, Kallawaya” París 1984 (reimpresión)
10.-Marquiegui Jose María “Resumen historia del Ckollansuyo, Charcas, hoy Bolivia”. Edit Salesiana Sucre 1938
11.- Sánchez Jaime “Contribución a la Historia a la Medicina Chuquisaqueña” Arch. Bol de Med. 24; 1985
7- Guaman Poma de Ayala “Nueva crónica y Buen Gobierno” México 1930
8- Rodríguez Rivas Julio. “Médicos y Brujos en el Alto Perú” Edit Los Amigos del Libro Cochabamba 1989)
9- Girault Louis, Kallawaya” París 1984 (reimpresión)
10.-Marquiegui Jose María “Resumen historia del Ckollansuyo, Charcas, hoy Bolivia”. Edit Salesiana Sucre 1938
11.- Sánchez Jaime “Contribución a la Historia a la Medicina Chuquisaqueña” Arch. Bol de Med. 24; 1985
12.-Dubravcic L.S.
La Medicina en la Real Audiencia de Charcas www.portalchuquisaca.8m.com
13.- Calvo Vera A. “Historia del Real Hospital Santa
Bárbara” Revista del Instituo Médico Sucre Nº 103; año 1993; paginas 75-76
14.- Saint Loup B. Enrique; Historia de la Medicina pag
259; Editorial “Urquizu” LaPaz 1991
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