Dr. Antonio Dubravcic Luksic
Sucre BoliviaCitua - Fiesta de la Salud
Hall de la sede del Colegio Médico -ciudad de La Paz)
Gil Imana Garrón
La celebración del “Día Panamericano del Médico”, fue acordada en el Congreso Médico Panamericano,
reunido en la ciudad de Dallas (Texas)
en 1953, como un homenaje al nacimiento
del doctor Juan Carlos Finlay, médico investigador, nacido en Puerto Príncipe
(Cuba) un 3 de diciembre de 1833.
Finlay fue quien confirmó la teoría de
“La propagación de la fiebre amarilla a través del mosquito” el Aedes Aegypti,
al descubrir al Stegomia fasciata
como trasmisor de la fiebre amarilla”,
en una presentación que realizó
en la Academia
de Ciencias de la Habana
el 14 de agosto de 1881.(1)
En Bolivia, hasta el año de 1967 el “Día
del Médico” se conmemoró el 3 de diciembre, pero fue en el II Congreso Médico
Boliviano de la Confederación
Medica Sindical de Bolivia (COMSIB), realizado en la ciudad
de Cochabamba en fecha 14 de septiembre de 1966, cuando el Dr. José María Alvarado presentó un
proyecto proponiendo el día 21 de septiembre
como “Día del Médico Boliviano”
En su disertación expuso los motivos, explicando las ceremonias y los ritos que se celebraban en el Tahuantinsuyo
durante el equinoccio de primavera (2.)
Siendo Bolivia tan rica en cultura y
tradiciones, no podía desligarse la celebración del “Día del Médico”, de un
origen ancestral como es la Citúa
del Tahuantinsuyo (1428-1533). Correspondiendo al Coyarraimi (equinoccio de
primavera), una de las cuatro fiestas solemnes que los reyes incas celebraban
en su corte, en esa oportunidad las poblaciones procedían a la purificación,
alejando de ellas a las enfermedades, brindando salud y bienestar a los
habitantes del incario (3).
A decir de Garcilazo de la Vega (4) “la celebración de
esa festividad era de gran regocijo, porque permitía desterrar de las comarcas del
Imperio las enfermedades y cualquiera otras penas y trabajos que los hombres
podían padecer, era como la explicación, que se purifican y limpiaban de sus
males. Preparábanse para esa fiesta con
ayuno y abstinencia de sus mujeres, el ayuno lo hacían el primer día de la luna
del mes de septiembre después del equinoccio. Preparados todos los habitantes:
hombres, mujeres y hasta los niños con un día de ayuno riguroso, a la noche
siguiente amasaban el pan que llamaban “cancu” hecho con harina de maíz
mezclada con sangre humana obtenida de sangrías practicadas entre los ojos o en
la punta de la nariz de niños pequeños . La noche del amasijo, poco antes del
amanecer todos los que habían ayunado se lavaban los cuerpos y tomaban un poco
de la masa mezclada con sangre y la pasaban por la cabeza, rostro, pecho y
espalda, brazos y piernas, se limpiaban con ella para sacar del cuerpo todas
las enfermedades. Luego en saliendo el Sol, habiéndole adorado y suplicado
mandase desterrar todos los males interiores y exteriores que tenían, se
desayunaban con otro pan amasado sin
sangre. Hecha la adoración y el desayuno que se hacia a la hora señalada, el
jefe de cada casa frotaba la puerta de
su vivienda con un pedazo del mismo pan especial, para demostrar que, en su
hogar, se había desalojado a todas las enfermedades; salía de la fortaleza
(probablemente Sacsahuamán) un mensajero del Sol ricamente vestido, ceñida su
manta al cuerpo con una lanza en la mano, descendía corriendo a la plaza
principal donde le esperaban cuatro nobles, uno para cada suyo del imperio.
Seguidamente cada noble partía a la carrera en dirección al punto cardinal cuyo
suyo correspondía para atraer las
enfermedades y los males que encontraban en su camino, siendo reemplazado por
otro noble que cumplía similar cometido hasta llegar a los confines del
territorio, donde la lanza portadora de tantos males era hincada en la tierra,
mostrando así que se sepultaban los mismos. Mientras tanto los habitantes de
los sitios por donde pasaban los cuatro emisarios, limpiaban y barrían las
habitaciones y las calles, significando la expulsión de los males y calamidades”
(2.3)
Trascendentales revelaciones, referidas
a la vida de relación con los habitantes de esta región, Guaman Poma de Ayala
(5) en el libro “Nueva crónica y buen gobierno”, relata las fiestas del año que
se realizaban en el Tahuantinsuyo. “Coya Raymi que correspondía al equinoccio
de primavera “Dicese de ese mes: Coya
Raymi, por la gran fiesta de la luna…en este mes mandaron los incas echar las
enfermedades de los pueblos y pestilencias de todo el reino. Los hombres
armados como si fueran a la guerra a pelear, tiran con hondas de fuego, diciendo
en voz alta: ¡salí enfermedades y pestilencias de entre la gente de este
pueblo! ¡déjanos!. Y en esto rocían
todas las casas y calles; riegan con agua y limpian. Esto se hacia en todo el
reino y otras muchas ceremonias para curar al taqui oncoc (el que enferma con
el baile) y sara oncuy (la enfermedad del maíz)…
Ambos relatos constituyen una alusión a
un saneamiento ambiental que cumplía con un ceremonial específico, precedido de
rigurosos ayunos.
La exposición realizada en forma amplia
y magistral por Alvarado (6) en el mencionado Congreso Boliviano, sirvió de
fundamento para que el Vicepresidente de
la Republica
de Bolivia Dr. Luís Adolfo Siles Salinas
en uno de sus interinatos como Presidente Constitucional de la Nación , promulgo en fecha
29 de diciembre de 1967 el Decreto (que figura en la Gaceta Oficial de Bolivia bajo
el número 7.234), declarando el 21 de septiembre de cada año “Día del Médico y
Día Boliviano de la Salud ”.
El Reglamento de la Fiesta nacional del Médico
dispone asimismo la convocatoria, con la antelación debida de un año antes de
tal celebración, a concursos y certámenes para premiar cinco distinciones.
1º Al médico que durante la gestión
anual respectiva, cumpla sus bodas de Oro en ejercicio activo de la profesión
2º Al médico que haya contribuido a la
labor organizativa y gremial del oficio
3º Al facultativo que haya contribuido
más, en la gestión anual respectiva a la investigación médica científica
4º Al médico que haya rubricado la
mejor ejecutora docente, en la cátedra universitaria, con la formación y
promoción de sus discípulos.
5º Al médico que haya desplegado mayor labor de cultura universal (literatura,
música, elaboración pictórica etc.) no específicamente hipocrática
Posteriormente, el destacado artista
chuquisaqueño Gil Imana Garrón pintó una obra alegórica de la Citua denominada “Fiesta de la salud”, que se
encuentra en el hall de la sede del Colegio Médico en la ciudad de La Paz
Bibliografía
1.- http://www.elmedicoauditor.com.ar/efemerides.html
2.-
Calvo-Vera A. “Origen y significado del Día del Médico Boliviano” Arch.Bol de
Med: 31; 134 Sucre 1987
3.-
Luna Orozco J. Publicación de Laboratorios Bago
4.-
De La Vega Gracilazo
“Comentarios Reales de los Incas” (1609) ed. Obras Completas Madrid 1960
5.-
Guaman Poma de Ayala “Nueva Crónica y Buen Gobierno” Mexico 1980
6.-
Alvarado José María “Sobre la Citua
del Tahuantinsuyo y la Fiesta Nacional
del Medico en Bolivia” Archivos Bolivianos de Historia de la Medicina Vol 1: 3; 1995
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