martes, 6 de octubre de 2020

Sucre - Historica

                                                ESCULAPIO -  ASCLEPIO


La vara de Esculapio, o sea una vara de ciprés con una serpiente enroscada. Este emblema apareció unos 800 años a de J. C., en tiempos de Homero. Según la mitología, Esculapio era hijo de Apolo y de Coronis; ésta era hija de Flegias, rey de Tesalia. Existe una leyenda en la que, encolerizado Apolo porque Coronis estaba enamorada del hijo de Eratos, cuando nació su hijo (por cesárea) lo dejó abandonado en el Monte Titón, donde fue amamantado por una cabra. Un pastor encontró al niño y lo entregó al cuidado del centauro Girón, quien le enseñó la medicina. A este dios de la Medicina los griegos le llamaban Asklepios,(significa "incesantemente benévolo") y los romanos Aesculapius (Esculapio). Esculapio acompañó al héroe Jasón, jefe de la expedición de los argonautas que iban en busca del vellocino de oro. Estatua de Asclepio, dios de la Medicina en la mitología griega. (1)                                         
                                                   
Apareció en la habitación una serpiente y Esculapio la mató con su bastón; otra serpiente entró y revivió a la primera, metiéndole unas hierbas en la boca. Con estas mismas hierbas, se dice que Esculapio logró resucitar a Glauco Por solicitud de Apolo, Esculapio quedó inmortalizado, permaneciendo entre las estrellas en el cielo.
Esculapio tuvo por esposa a Epiona "la dulce" y tres hijos: Godalirio, Machaon (médicos que aparecen en la Illiada) y Telesforo, y cuatro hijas: Hygia, que es la preservadora de la salud (de la que deriva el término Higiene), Panaqueia, que era farmacéutica (Panacea, "la que todo lo cura"), Egle, que era partera y oculista. Los templos dedicados a Esculapio se llamaban asclepiones. El famoso Santuario de Epidauro (Peloponeso) fue probablemente el primer asclepión. Los enfermos que visitaban el santuario de Esculapio, que tardó varias generaciones en construirse, solían llegar de muy lejos.(1)

                                                         
                                             Santurario de Epidauro
 Los peregrinos tenían la esperanza de que el dios médico les curaría mientras dormían. : "Al anochecer los enfermos se acuestan en las camas de reposo (gr. cline; de donde proviene el término clínico).  Un sacerdote da  una vuelta para recoger el pan de oblación de los altares. Después aparece el dios escoltado por sus dos hijas y un esclavo. Va de cama en cama para examinar a los enfermos y mezcla ungüentos y jarabes". 
Desde Esculapio hasta hoy sigue considerándose válido que las causas psicosomáticas de muchas enfermedades. 

El culto a Esculapio pasó a Roma en los primeros años del siglo III a de J. C. Las fiestas que celebraban los romanos en su honor se llamaban Esculapias. A Esculapio se le representa como un hombre de edad madura, barbudo, de mirada serena y con abundante cabellera que recoge con una diadema. Casi siempre aparece vistiendo un manto que deja al descubierto el brazo derecho y el busto. 

Las serpientes representadas en los símbolos de Esculapio corresponden al género Coluber longissimus, de color amarillo y negro y de uno a dos metros de largo. Estos ofidios aún se encuentran en las ruinas de los templos romanos del Sur de Europa. Actualmente la vara de Esculapio sirve de emblema del cuerpo médico del ejército en Gran Bretaña, Alemania, Suecia, Francia, México y Filipinas. En 1818, los Estados Unidos también incluyeron este símbolo en las insignias del cuerpo de Sanidad Militar; las fuerzas aéreas lo adoptaron en 1957. En 1912 la American Medical Association adoptó el símbolo de Esculapio como emblema oficial de esta organización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo usa desde su fundación en 1947.




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miércoles, 23 de enero de 2019

IRENA SENDLER O SENDLEROWA

«El Ángel del Gueto de Varsovia»,”Madre de los niños del Holocausto”
La mujer que salvó a 2.500 niños judíos del gueto de Varsovia

Antonio Dubravcic Luksic



Mientras la figura de Oscar Schindler era aclamada por medio mundo gracias a Steven Spielberg que se inspiró en él para hacer la película que conseguiría siete Oscar en 1993 narrando la vida de este industrial alemán que evitó la muerte de 1.000 judíos en los campos de concentración,


Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros de historia oficiales. Además ella nunca contó a nadie nada de su vida durante aquellos años.
Sin embargo, en 1999 su historia empezó a conocerse y fue, curiosamente gracias
a un grupo de alumnos de un instituto de Kansas y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación dieron con muy pocas referencias sobre Irena, sólo había un dato sorprendente: había salvado la vida de 2.500 niños.
Cómo es posible que apenas hubiese información sobre una persona así?
Pero la gran sorpresa llegó cuando tras buscar el lugar de la tumba de Irena, descubrieron que no existía porque ella aún vivía, Irena Sendler falleció en el mes de mayo del 2008 a los 98 años dejando a Polonia huérfana de una de sus más grandes heroínas de la Segunda Guerra Mundial, cuando arriesgó su vida en  Varsovia ocupada para salvar de la muerte a 2.500 niños judíos ante las narices de los soldados nazis.
Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual manejaba los comedores comunitarios de la ciudad.
En 1942 los nazis crearon un ghetto en Varsovia e Irena horrorizada por las condiciones en que se vivía allí se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos.
Consiguió identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas.
Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controlaran el recinto. Pronto se puso en contacto con familias a las que les ofreció llevar a sus hijos fuera del Gueto.
Pero no les podía dar garantías de éxito.
Era un momento horroroso, debía convencer a los padres de que le entregaran sus hijos y ellos le preguntaban: "¿Puedes prometerme que mi niño vivirá?"……
¿Qué se podía prometer cuándo ni siquiera se sabía si lograrían salir del gueto?
Lo único cierto era que los niños morirían si permanecían en él.
Las madres y las abuelas no querían desprenderse de sus hijos y nietos. Irena las entendía perfectamente, en aquel entonces, ella era madre, y de todo el proceso que ella llevaba a cabo con los niños, el más duro era el momento de la separación.

Irena Sendler ponía niños escondidos en el fondo de su caja de herramientas y los llevaba en un saco de arpillera en la parte de atrás de su camioneta, Asimismo, transportaba un perro al que capacitó para ladrar a los soldados nazis cuando salía y entraba del Ghetto
Elaboró cientos de documentos falsos con firmas falsificadas dándoles identidades temporarias a los niños judíos.
Irena vivía los tiempos de la guerra pensando en los tiempos de la paz. Por eso no le alcanzaba con mantener con vida a esos niños. Quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales, sus familias.
Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.
Apuntaba los datos en pedazos pequeños de papel y los enterraba dentro de botes de conserva bajo un manzano en el jardín de su vecino.
Allí aguardó sin que nadie lo sospechase el pasado de 2.500 niños… hasta que los nazis se marcharon.
Un día, los nazis supieron de sus actividades.
El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada.
En un colchón de paja de su celda, encontró una estampa ajada de Jesucristo. La conservó como el resultado de un azar milagroso en aquellos duros momentos de su vida, hasta el año 1979, se la obsequió a Juan Pablo II.

Irena era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos; soportó la tortura y se rehusó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos.
Le rompieron los pies y las piernas además de innumerables torturas. Pero nadie pudo romper su voluntad. Así que fue sentenciada a muerte.
Una sentencia que nunca se cumplió porque camino del lugar de la ejecución, el soldado que la llevaba la dejó escapar. La resistencia le había sobornado porque no querían que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños.
Oficialmente figuraba en las listas de los ejecutados, así que a partir de entonces, Irena continuó trabajando pero con una identidad falsa.
Al finalizar la guerra, ella misma desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2.500 niños que colocó con familias adoptivas.
Los reunió con sus parientes diseminados por todo Europa, pero la mayoría había perdido a sus familiares en los campos de concentración nazis.

Los niños sólo la conocían por su nombre clave: Jolanta.
Pero años más tarde cuando su historia salió en un periódico acompañada de fotos suyas de la época, varias personas empezaron a llamarla para decirla: “Recuerdo tu cara….soy uno de esos niños, te debo mi vida, mi futuro y quisiera verte….”
Irena tiene en su habitación cientos de fotos con algunos de aquellos
Su padre un médico, que falleció de tifus cuando ella era todavía pequeña, le inculcó lo siguiente:

Ayuda siempre al que se está ahogando,
sin tomar en cuenta su religión o nacionalidad.
Ayudar cada día a alguien tiene que ser una necesidad
que salga del corazón”
“No se plantan semillas de comida.
Se plantan semillas de bondades.
Traten de hacer un círculo de bondades, éstas las rodearán y las harán crecer más y más”.


Le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que revelase el paradero de los niños que había escondido, ni la identidad de sus colaboradores
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miércoles, 12 de diciembre de 2018

HOMENAJE A LA CASA DE LA LIBERTAD

Dr. Antonio Dubravcic Luksic


El valor de conocer la historia, no es como se ha dicho, para ayudarnos a no repetir errores, porque en realidad, a mi entender, la historia no se repite, como no se repite nada por igual en la vida humana. El valor radica en enseñarnos a conocer a los que nos precedieron, ¿quiénes fueron?, ¿qué hicieron?, para que de esa manara podamos comprender el presente y prever el futuro.
 El hombre, como Jano, vive mirando simultáneamente hacia su pasado y su futuro, lo aprendido en el pasado le sirve, teóricamente para construir un futuro mejor.


Se denomina "Casa de la Libertad", al antiguo edificio  universitario de los Jesuitas, por que en él se graduaron los Doctores de Charcas los principales protagonistas de las revoluciones de 1809: el 25 de mayo en Chuquisaca, el 16 de julio en  La Paz, el 10 de agosto en Quito, así como el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, y porque en su recito se proclamo la independencia de Alto Perú o Charcas.
 Este edificio  comprende un amplio   claustro, rodeado  de galerías de una sola planta, bajo cubiertas que se apoyan en columnas de piedra granítica. Un gran portón de cedro nativo, tachonado de clavos de bronce , con dos aldabones, se abre sobre  la Plaza Mayo
    Remontándonos a la historia, el día 15 de abril de 1624, la Compañía de Jesús, tomo posesión de estos terrenos, con destino al funcionamiento de la Universidad de San Francisco Xavier, a partir de esa fecha, en este solar se efectuaron las construcciones que comprendían la Capilla o Aula Magna, lo que hoy en día constituye la Casa de la Libertad. Ella representa el Templo Sagrado de la Patria, la Casa de la bolivianidad, fue donde se prendió la llama de la libertad un 25 de mayo de 1809, que iluminó esta parte del continente americano.
  En los 384 años de existencia de esta vieja casona, desde luego, el acto histórico trascendental
y el más importante, fue la Proclamación de la Independencia de Bolivia.
 
 
Aquí un día estelar, el sábado 6 de agosto de 1825, nació la Patria, en estos recintos vibró la voz de los 48 representantes de las cinco provincias altoperuanas, que asistieron a la Asamblea Deliberante. El Diputado Secretario Ángel Mariano Moscoso dio lectura al extenso documento recordando que “El furioso león de Iberia que lanzándose desde las columnas de Hércules hasta los imperios de Moctezuma y Atahuallpa había despedazado el desgraciado cuero de América…”Aquí se bautizo a Bolivia, se dotó de una Constitución Política a esta naciente república. Se crearon los símbolos patrios, la primera bandera con una franja horizontal roja ancha enmarcada por dos bandas verdes mas estrechas, al centro se encontraban cinco estrellas que representaron a las cinco provincias

El primer escudo tenia en su interior tres campos horizontales, la franja superior se apreció cinco estrellas que representaron a los cinco departamentos, en el área central se ubicó el árbol del pan y una llama. En la parte superior el cerro de Potosí y dos figuras femeninas ostentaron una cinta con la leyenda “República de Bolívar”. 



SALÓN DE LA  INDEPENDENCIA

En este sagrado recinto el 12 de julio de 1839 se le otorgó a nuestra ciudad la justa Capitalia de Bolivia. Después de prolongados debates, el Congreso Constituyente presidido por el Honorable Gregorio Reynolds sancionó la siguiente Ley que en su Articulo Primero estable: “La ciudad de Chuquisaca es la capital de la República y conforme a la ley de 11 de agosto de 1825 se llamará en adelante la Ciudad de Sucre”
 Originalmente  fue la Capilla de los jesuitas, con la expulsión de los mismos, paso a ser Aula Magna de la Universidad. Fue la sede de la Asamblea Deliberante que creo la República de Bolivia.. A partir de sa fecha y hasta 1898, se reunión el Congreso Boliviano. En ella presto el Juramento de Ley el Mariscal  Sucre como Presidente de la Republica de Bolivia
Pero también esta vieja casona fue ultrajada por algunos malos bolivianos, Alcides Arguedas con su pluma mordaz y altiva, refiere un triste episodio de lesa cultura, acaecido el 12 de noviembre de 1848, describe esas escenas de la siguiente manera:
 “Los soldados de Belzú, comandados por un militar engreído por su valor y apostura torpe, entraron en son de guerra y saqueo a la Capital de Bolivia en la tarde del 12 de noviembre, el Jefe de la Gavilla Gonzalo Lanza, hizo abrir a balazos las puertas y entraron los soldados y las bestias… o si prefieren las bestias y los soldados, en el Palacio de los Legisladores, se lanzaron al despilfarro y destrucción de papeles. El palacio de los legisladores en esa época era a la vez salón y biblioteca. Allí se habían agrupado los archivos del Cabildo de la ciudad, los de la Real Carolina Academia forense, donde latía el pensamiento de trescientos años en las aulas que engendraron la revolución (del 25 de Mayo de 1809). Habían también las actas de las discusiones legislativas, desde el año 25 (1825), el texto original de los tratados concluidos por la nueva nación y todos los documentos del Crédito público y de la Deuda Española, esto es, había en las salas del Congreso toda clase de piezas únicas para reconstruir el pasado y evocar la viviente fisonomía de esas épocas imprecisas en que comenzaba a nacer el instinto de sociabilidad en las gentes aborígenes. Allí reposaba, virgen y hierática, la Historia, esperando la mano cuidadosa y piadosa de alguien que con intenso amor al pasado, modesto en el esfuerzo y fuerte en la intención fuese a sorprender su misterio y su mutismo, para fijar eternamente los rasgos propios de esos primeros tiempos gastados en la titánica lucha contra las fuerzas naturales, contra los instintos mismos de la propia personalidad, llenos de vicisitudes, algo bárbaros y grandes por la simplicidad heroica de los conquistadores, por su fortaleza y su valor nunca superables, por su barbarie humana y su sed infinita de gloria y riquezas…

 
LA SALA DE LOS GUERRILLEROS
 
Esta destinada a recordar los guerrilleros que combatieron contra lasa tropas virreinales. En este ambiente se destaca la efigie de Doña Juana Azurduy, la insigne mujer chuquisaqueña, que dirigió  su escuadros "Leales", coadyuvo a esposa  Manuel Ascencio  Padilla, también se exhibe la efigie ecuestre de Manuel Ascencio Padilla, principal caudillo de "Los Montoneros".
 El retrato auténtico del Brigadier realista José Manuel de Goyeneche .
 Al centro de la Sala un cofre de madera tallada guarda  los restos de Doña Juana Azurduy fallecida en Sucre un 25 de mayo de 1862 a la edad de 82 años. 
LA BANDERA DE BELGRANO
Es la enseña que el General Manuel Belgrano, Comandante del Ejercito, enarbolo por primera vez  el 27 de febrero de 1813.La misma flameo en la Batalla de Salta. Con sus pliegues albi celestes, el ejercito argentino  fue derrotado en las Batallas de Vilcapujio y Ayohuma, la bandera la ocultaron, casualmente fue encontrada años después en 1885 en el tempo rural de Titiri no lejos de Ayohuma, jurisdicción de Macha, escondida en el altar, detrás de un cuadro, por lo que se la conoce como Bandera de Macha. En la misma sala se exhiben los retratos del General Belgrano y del Brigadier General Cornelio Saavedra.
GALERÍA DE PRESIDENTES
 
La antigua Cámara de Senadores, actualmente e encuentra dedicada a la Galería de Presidentes, dese el primero el Mariscal Sucre, se completa esta Galería con algunas prendas personales, armas, bastones  de ceremonia y uniformes de los mandatarios. En la testera de la sala se encuentra un gigantesco busto del Libertador Bolívar, tallado en una sola pieza de algarrobo, por el artista Mauro Núñez, esta flanqueado  por las tres banderas bolivianas, la de 1825, la de 1826 y la actual.
 Otra bandera, la última que flameó en Antofagasta el 14 de febrero de 1879, y que fue rescatada por Genoveva Ríos, antes de que fuera ultrajada por los invasores chilenos, se halla guardada y exhibida en una vitrin
a en la parte baja de esta sala.

Finalizada la Guerra Civil de 1898-99, la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”, en actitud patriótica y por voluntad de la Capital Constitucional de Bolivia, asumió la responsabilidad de la conservación de este monumento histórico que recibió el excelso nombre de “Casa de la Libertad”.
A la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre” le encomendaron a través de un Decreto Supremo de 1939 la custodia de la Casa de la Libertad, misión que fue cumplida hasta 1974, año en que el Supremo Gobierno de la Nación en un Decreto Supremo encomendó al Banco Central de Bolivia la restauración y reparación del edificio. En 1983 el Gobierno Nacional asignó a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia la tuición y administración de este repositorio nacional.
La Casa de la Libertad, representa la lucha del pueblo por conseguir su independencia, en Bolivia, en esta Casa, se inspira el culto eterno a los héroes, y se infunde el respecto a la bendita tricolor nacional.

Bibliografia
Rúa María del Carmen “Casa de la Libertad” Aquí nació Bolivia pag 11 Editorial Judicial 1999
Gantier Joaquin “La Casa de la Libertad” Banco Central de Bolivia 1975
Linares U. Mario “La Casa de la Libertad” Banco Central de Bolivia 2006
Arguedas Alcides “La Plebe en acción”

Dubravcic L.A “Homenaje a la Casa de la Libertad” Conferencia en la Sociedad Geográfica y de Historia ·”Sucre” 2007Querejazu C. Jorge “La Casa de la Libertad”  Banco Central de Bolivia 1999   
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miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL SECRETO DE SER FELIZ

Dr. Antonio Dubravcic Luksic

Busca en tu interior el ser de luz que eres.
Busca dentro de ti lo que es mejor para ti.
Aprende a conocerte, a saber quién eres, que deseas y que sientes.
Llénate de pensamientos positivos, has de ello un hábito y verás como aprendes a vivir cada experiencia como una oportunidad para crecer, para ser humilde y sabio a la vez.

Aleja de ti la soberbia, la vanidad y avasallar a otro para demostrar simplemente que tienes razón.
Ama tu cuerpo, porque alberga no solo tu mente sino que también es el refugio de tu ser, de tu espíritu y tu alma.

Aprende a dar con AMOR!!!!
Atrae lo mejor para ti, tu intención sobre lo que deseas, tu persistencia y tu fe, te mantendrán saludable, en paz y en armonía.

Controla tu ansiedad DIOS nunca se atrasa, todo llegará en el momento correcto, en el tiempo estipulado. Renueva tus esperanzas día a día y cuando sientas que no puedes recurre a tu DIOS, a tus ángeles, porque ellos están allí, siempre que los necesites están ahí y verás!!!! Cómo nuevamente te conectas con tu fuerza, con tus dones, tus cualidades, tu personalidad espiritual y tu misión. Descubre que todo lo que deseas está en ti, lo que deseas crear y pensar para ti, depende de tu voluntad y la fe puesta en ti mismo.

Atrévete a volar con tus propias alas…

Disfruta de las pequeñas cosas de la vida……Un cielo soleado, el aire acariciando tu rostro, la sonrisa y el afecto de todos los seres con los que te cruces, pon amor en todo lo que hagas y lo que digas…El universo y la abundancia que hay en él, es para ti, siéntete digno de poseerla, porque eres parte de la naturaleza desde tu origen!!!!

Sé que lo sabes! … pero debes valorarlo!

Entonces y solo entonces comprenderás que:

Algo has venido a hacer o a cumplir.
Algo está reservado para ti.

Algo se está gestando dentro de ti.
Recorre el camino de la vida, con la alegría y la Felicidadde saber que eres parte de la energía suprema que hay en el universo, que eres único e irrepetible y…

Recuerda:
Aquello que siembres, cosecharás
Aquello que des, recibirás
Aquello que pienses, se concretará
Aquello que sueñes, se hará realidad.

Por eso:
Sueña, atrévete a soñar!!!!
Ve donde quieras ir!!!!
Sé lo que quieras ser!!!!



martes, 27 de noviembre de 2018

HISTORIA DEL HOSPITAL "SANTA BARBARA"

Dr. Antonio Dubravcic Luksic


Desde hace más de cuatro siglos, el hospital "Santa Bárbara" viene cumpliendo en beneficio de la colectividad un servicio de salud inininterrumpido considerado como el decano  de los servicios médicos en todo el país y sin duda uno de los más antiguos y persistentes en América Latina.

 Recordemos en forma sintética algunos pasajes del hecho histórico que representó su creación, realizada el 1 de enero de 1559. Rendimos nuestro homenaje al Cuadringentésimo quincuagésimo noveno  aniversario de su fundación
 Con el propósito de preservar la salud y proteger el capital humano, en las villas y ciudades recién fundadas, una Orden Real dictada por el Rey Carlos V, indicaba: "Encargamos a nuestros virreyes, audiencias y gobernadores, que con especial cuidado, provean que todos los españoles, indios de sus provincias y jurisdicciones, se funden hospitales donde sean cuidados los pobres enfermos, y se ejercite la caridad humana…" Realizada la  fundación de  la Villa de La Plata, las autoridades procedieron a la distribución de solares pero no se destinó ningún  solar o sitio alguno para la edificación de un hospital
 Con anterioridad  a  esa resolución, los enfermos de la villa eran asistidos por los curanderos naturales (jampiris), o simplemente socorridos por los religiosos de los conventos existentes, donde se les proporcionaba algunos medicamentos
El filántropo Bartolomé Hernández. En 1554, se estableció en la Villa de La Plata don Bartolomé Hernández, próspero mercader y afortunado minero. En su domicilio organizó un albergue donde proporcionó a los enfermos hospedaje, curación y alimentación. Así este filántropo industrial fue el precursor del hospital.

Antes de su fallecimiento dejó en su testamento 2.000.- pesos corrientes, para que puestos a Censo los réditos obtenidos por esa suma de dinero, se continuara con ese piadoso servicio.
 Una vez sucedido esto y movilizado el vecindario de La Plata en todas sus clases, exigió a las autoridades que de una vez por todas, los enfermos fueran atendidos en forma eficaz y cristiana en un hospital, para cuya construcción se contaba con algún dinero fruto de las limosnas y donaciones.
Comenzaron las obras en 1559, fue el Cabildo Secular el que por la presión de una población cada vez más numerosa y al estar convencido que solo la puesta en funcionamiento de un hospital aliviaría la salud de los enfermos pobres, se acordó la ejecución de la obra en una memorable reunión que estuvo integrada por los miembros del Cabildo, el Alcalde Ordinario Martín Almendras y el Corregidor y Justicia Mayor señor Altamirano. En esa reunión se nombró a los Canónigos Miguel Serra y Juan Ramos como Mayordomo y encargado de la construcción del nuevo hospital que se edificó anexo a la Iglesia de Santa Bárbara, originalmente una Ermita.
Al cabo de cuatro años finalizó la obra, el año 1563. Como una curiosidad arquitectónica, apuntaremos que Diego Sayago, maestro de albañilería, fue quien ejecutó la obra de la "insigne portada" del hospital, "a manera y suerte" del dibujo que tenía en su poder el fraile franciscano Hermano Juan de La Fuente, uno de sus primeros administradores. A la conclusión de las obras referidas, fue designado como primer Mayordomo y Administrador el Bachiller Hernán Gutiérrez de Palacios.
El nuevo nosocomio contó con tres salas que en aquel tiempo se denominaban enfermerías. La primera tuvo catorce camas donde se curaban los españoles; en la segunda, con diez y nueve camas, se atendía a los indios y en la tercera con diez y seis camas, se curaba a los mestizos mulatos y negros.
Según el cronista colonial Vásquez de Espinosa en 1610 el hospital tenia una capacidad de 55 camas, para una población en la Villa de la Plata de 3.072 habitantes, distribuidos de la siguiente manera: 1.100 hombres y 1500 mujeres, 300 sirvientes, 140 mulatos y zambos y 32 esclavos negros.
El personal fundacional estuvo constituido por un médico, cirujano, capellán, barbero y un enfermero, además de unos indios yanaconas que servían a los enfermos y acudían a todo lo necesario.
El personal fundacional estuvo constituido por un médico, cirujano, capellán, barbero y un enfermero, además de unos indios yanaconas que servían a los enfermos y acudían a todo lo necesario.
 El hospital de Santa Bárbara fue atendido por los algunos frailes, el hermano franciscano Juan de la Fuente, natural de Toledo, habiendo ingresado en tres oportunidades al hospital, tuvo que quedarse sirviendo en él por mas de 20 años, construyó la enfermería, hizo una botica con todo género de medicinas, adornó las salas con pinturas, reedifico la iglesia de nuevo con un hermoso campanario, a esta época se refiere la  construcción de la portada que actualmente presenta el edificio. Juan de Vivaz, fue un hermano lego de la orden de san Francisco, que sirvió durante muchos años en el hospital. El Dr. José Colmenares médico del hospital, reemplazado por el Dr. Francisco Xavier Mosquera, natural de Málaga, fue nombrado médico titular del Hospital Santa Bárbara por los maestros del Real Colegio de Cirujía de Cádiz, en la misma  época Don Jaime Pérez, se recibió  el título de cirujano en Buenos Aires y fue nombrado  médico del hospital Santa Bárbara.
Torralli Cauchoin Chales Auguste (1790 – 1840) natural de Francia, fue Cirujano del Ejército del Libertador  Simón Bolívar. Durante muchos años, se desempeñó como cirujano del hospital "Santa Bárbara", luego fue designado Director, en el ejercicio  de esas funciones aplicó una serie de reformas, sobre la forma de curar las heridas, se dedicó íntegramente  a la reconstrucción del hospital transformando las covachas sucias y malolientes en amplias salas con buena ventilación. 
El Ministro del Interior Don Mariano Enrique Calvo (1834), con motivo de una visita a ese hospital manifestó: "que las reformas que se han realizado en el hospital Santa Bárbara en su mayor parte se deben a la actividad infatigable y ardiente celo que el Dr. Torralli ha consagrado a esta obra benéfica"
 
Diferentes instituciones religiosas tuvieron a su cargo la administración  del hospital Santa Bárbara:   los Religiosos Juandedianos (1664-1825), el Cuerpo Médico de la Sociedad Humanitaria San Vicente de Paúl (1863-1883), las Hijas de Santa Ana y por ultimo desde 1899 la orden de las Siervas de María se hicieron cargo  de la atención de los pacientes,. En la actualidad la administración se halla a cargo  de e la Alcaldía Municipal de Chuquisaca. El edificio tiene tres patios, el primero aun conserva su estructura renacentista junto a la iglesia, de cuya construcción queda el artesonado y la fachada, interiormente la iglesia presenta un estilo neogótico que data de 1887.
 El 21 de enero de 1899 Las Siervas de María tomaron posesión del Hospital y también del Manicomio “Pacheco”. Al cumplir 50 años de benéfica labor en Bolivia, en 1949, el Supremo Gobierno de la Nación, en reconocimiento a sus méritos les concedió la máxima condecoración boliviana, “La Medalla del Cóndor de los Andes”. Las Siervas de María, una institución religiosa muy apreciada y reconocida por la población.
 
 Con motivo de conmemorar los 434 años de la fundación del Hospital "Santa Bárbara" el Señor Ministro de Previsión Social y Salud Publica Dr. Carlos Dabdoub en representación del Señor  Presidente de la Republica , Lic. Jaime Paz Zamora, impuso la Condecoración  del "Cóndor de los Andes" al estandarte de ese nosocomio 
Han transcurrido 459 años desde su fundación hasta nuestros días, innumerables generaciones de médicos y estudiantes han trajinado por sus salas y patios coloniales, cual si fuera un libro abierto, han aprendido a curar las enfermedades, se han formado médicos, bajo la tutoría de la Facultad de Medicina dependiente de Tricentenaria Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca
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lunes, 26 de noviembre de 2018

EL TEMIBLE WILLKA

 Antonio  Dubravcic Luksic

En 1898 la oligarquía paceña comenzó a confabular para que la sede del Gobierno sea trasladada de Sucre a La Paz. Esgrimió, como fino pretexto, la idea de federalizar al país. Un paceño, el Gral. Pando, senador por Chuquisaca, se puso a la cabeza del ejército altiplánico y muchos sucrenses se presentaron como voluntarios para defender la capitalidad.
Varias fueron las escaramuzas en la más cruenta guerra civil boliviana. El 24 de enero de 1899 el ejército sucrense, a su paso por el pueblo de Ayo Ayo, dejó en la iglesia del pueblo a veintisiete heridos para su recuperación.
Los campesinos en número más crecido y capitaneados por Zarate Willka, se precipitaron sobre el pueblo, pensando hacer presa segura de todos los que se habían refugiado en el templo. Se situaron en las calles cercanas a la plaza, incendiaron seis o siete casas, robaron, destruyeron todo lo que encontraban a su paso y dieron muerte a algunos vecinos, entre ellos a Lorenzo Blacutt, Gregorio Luna y otros. Luego estrechando más el campo de acción, cercaron la manzana donde estaba la iglesia y la incendiaron íntegramente.
Los que estaban asilados en el templo, llenos de terror ante la magnitud del asalto, no supieron que hacer. Algunos de ellos, los más serenos, se situaron en la torre y desde allí empezaron la cacería de los sitiadores, a tiro certero, con el propósito de amedrentarlos y dispersarlos, mientras los otros, y los sacerdotes, oraban y pedían a la providencia los salvase de tan apurado trance. Pero los campesinos lejos de intimidarse, y enfurecidos más bien con la muerte de sus compañeros, y embrutecidos por el alcohol, prendieron fuego al templo y de una oleada derribaron la puerta. Se introdujeron allí, y sin oír nada, se apoderaron uno a uno, del coronel Jose Avila, del teniente coronel Melitón Sanjinés, del capitán Andrés Loza y de todos los que allí se encontraban, y los sacaron a empellones al cementerio, donde les dieron una muerte cruel y tormentosa.
Faltaban aun los sacerdotes. Don Juan Fernández de Córdova, capellán de uno de los escuadrones derrotados en el Crucero, don José Rodríguez, cura de Viacha y don Francisco Gómez, cura de Ayo Ayo, que había acudido al templo, en demanda y cuidado de los heridos, se había revestido de los ornamentos sagrados, teniendo uno de ellos, Córdova, la custodia del Santísimo Sacramento en la mano, se colocaron en el tabernáculo, creyendo que esta actitud seria respetada por la horda. Más todo era en vano. Los campesinos enfurecidos aún más y con la sangre hasta los tobillos, se lanzaron sobre los sacerdotes, los despojaron de sus vestiduras, y los condujeron también al cementerio, donde los victimaron igual que a los otros... No hubo piedad alguna con ninguno. 

Al caer la tarde, la turba comandada por Pablo Zárate Willka, rompió la puerta de la iglesia; un sacerdote R.P. Fernández de Córdova blandiendo el santo crucifijo les pidió paz en nombre de Dios. A este y a otros dos más, los llevaron a la plaza. Cercenaron la pierna de uno de ellos, le abrieron el pecho y extrajeron su corazón para comérselo. Después de descuartizar a machetazos a los otros dos curas, se dirigieron hacia el interior de la iglesia, envalentonados por su gran hazaña.
Los jóvenes universitarios sucrenses, vieron el avance inexorable de la muerte que ingresaba por la puerta destruida. Un indígena observó a un sucrense herido que yacía en el suelo, alzó la picota que portaba y clavó la punta afilada en su rostro. A otros les mutilaron los pies; luego, las manos antes de ser degollados. A los demás los llevaron hasta las vigas del templo para amarrarlos de los pies, quedando colgados boca abajo. Con sus cuchillos filosos, y con una precisión de expertos carniceros, les vaciaron todas las vísceras.
En el cementerio y en la puerta misma de la iglesia se veía un hacinamiento de cadáveres, descuartizados y horriblemente mutilados. Una escena de horror indescriptible.
Eran veintitrés cadáveres o restos de cadáveres de jefes antiguos y meritorios, de ancianos sacerdotes y de jóvenes distinguidos de la sociedad chuquisaqueña.

En el mismo cementerio, en la plaza y en las calles próximas, hallábase también tendidos más de ciento cincuenta indígenas muertos a bala por los que se habían encerrado en el templo.
Casualmente, el escuadrón Junín derrotado en Corocoro, llegó a las cercanías de Ayo Ayo, en los mismos momentos en que se realizaba la masacre, pero ignorando de estos sucesos, y no pudiendo entrar al pueblo por la actitud hostil de los del lugar, siguió su camino al cuartel general de Viacha.

Tres días después, apostó en Ayo Ayo el capitán general don Severo Fernández Alonso, a la cabeza de sus fuerzas militares... Encontró en el cementerio el hacinamiento de cadáveres en medio de charcos de sangre que ya empezaba a coagularse. Profunda-mente consternado ante este horroroso espectáculo, mando lavar y dar cristiana sepultura a aquellos restos humanos.
Luego vino un silencio fúnebre. El aimara de pura cepa, Zarate Willka, levantó su pie y posó su abarca ensangrentada sobre el pecho del cadáver más cercano. Ahíto de sangre y vísceras, esbozó una sonrisa y con su mirada torva escudriñó el cuadro dantesco. La faena fue perfecta. No entendía de federalismos ni le importaba la capitalidad, solo deseaba dar rienda suelta al resentimiento que salía del fondo oscuro de sus entrañas. La sinfonía de sangre había terminado; el festín fue del agrado de todos los comensales.
Zarate Willka, un individuo subterráneo y violento que encarna el odio y el racismo, no puede representar al  indígena paceño en un billete nacional. 

El Banco Central de Bolivia ha ofendido el sentimiento de todo el pueblo chuquisaqueño al homenajear a este siniestro personaje.

miércoles, 31 de octubre de 2018

SUCESOS HISTÓRICOS IMPERDONABLES

Gastón Cornejo Bascopé
 Octubre 2018

n mi libro Epitafios demostré la ofensa histórica que la municipalidad de Cochabamba ejerce al haber adoptado como escudo departamental la imagen musulmana del blasón familiar del virrey Toledo, el genocida de los originarios en la Mita colonial y además, colocado en insólito homenaje, a los pies de la Columna de los Héroes donde justamente fueron inmolados Eras y Gandarillas, Antezana, Luján, Ferrufino, las víctimas de la Independencia patria.
 Otra ofensa histórica sucede ahora cuando el gobierno ordena la impresión de billetes oficiales con el rostro de Pablo Zárate Villka y sus asesinos originarios. Una ofensa terrible contra la culta Charcas, la intelectualidad de Sucre, la blanca ciudad y su inmaculada historia se renueva por ignorancia.
 En 24 de febrero de 1899, sucedieron las horribles matanzas de Cosmini y Ayo Ayo. El Heraldo de Cochabamba registra más de 78 jóvenes de Sucre exterminados.

 Al llegar a Cosmini el enfrentamiento entre los republicanos y federalistas fue desigual, uniformados de Pando sorprendieron con armamento adquirido en el Perú desde zanjas estratégicas a los republicanos, más luego, sucedieron los hechos incalificables. Miles de aymaras comprometidos con la revolución de Pando, senador por Chuquisaca, que falsamente enarboló el federalismo, persiguieron, cercaron y asesinaron a los heridos.

 Fueron masacrados estudiantes y docentes universitarios de las Facultades de medicina y derecho, miembros del Instituto Médico de Chuquisaca que formaron los escuadrones “Sucre” y “Monteagudo” perseguidos por las huestes de Zárate Villka. A bala y piedra los derribaron rematándolos a palos. En su retirada hasta Ayo Ayo, Sica Sica y Panduro fueron masacrados por una fuerza de montoneros que asesinaron al grito de ¡Viva Tata Pando! ¡Viva la Federalización!

 Los heridos, refugiados en el templo de Ayo Ayo fueron quemados, arrancados de la iglesia, mutilados en vida, despedazados, degollados, exterminados en su totalidad. Los asesinos embriagados de alcohol bebieron la sangre a borbotones y comieron el corazón y los miembros palpitantes de las víctimas; seis cochabambinos entre ellos.
 Cuando se conoce detalles del genocidio, un estupor profundo, un asco universal trasciende la existencia. Surge inmediato el grito de horror, el desprecio cargado de reproche por quienes ahora reabren heridas que estaban restañadas. La maldición de entonces se renueva sobre los autores de antaño y los de ogaño.
 La imagen de los asesinos adornará los nuevos billetes bolivianos. 



ARTÍCULO DE “EL HERALDO” Cochabamba 25 de enero de 1889.
LISTA DE MUERTOS EN COSMINI AYO AYO
1. José L. Raña, abogado, empleado de la Compañía Unificada, liberal.
2. Rogelio Arce, estudiante del 5º año de Derecho, sobresaliente en su curso.
3. Julio R Pinto, 5º año Derecho, el joven más inteligente de su curso.
4. Jacobo Gallo, 5º de derecho sobresaliente.
5. Alfredo Jáuregui, literato, estudiante del 4º año de derecho.
6. Antonio Bonifaz, abogado.
7. Enrique Calvo del 8º año de Derecho.
8. Raúl Groc, del 3º año de Derecho.
9. José Marìa Calvimontes, del 3º año de derecho.
10. Enrique Rojas, 2º año de derecho.
11. Zacarías Urizar, 1º año de Derecho.
12. Leoncio Julio Navas, 1º año de Derecho.
13. Estanislao Betancur, 1º año de Derecho. VICTOR BETANCUR
14. José Eduardo Pérez, del 5º año de Medicina. Inteligentísimo.
15. Luis Dávila del 1 año de Derecho, farmaceútico del hospital de Santa Bárbara.
16. Felipe Mendivil, del 3º año de Medicina.
17. Calixto Risco, del 2º año de Medicina.
18. Carlos Barrera, bachiller, empleado de la casa Urioste.
19. Abel Benavides bachiller en letras. Sobresaliente en letras.
20. Arturo Arce. Bachiller en letras.
21. Ismael Roncal. Bachiller en letras.
22. Félix Villarrubia, estudiante de colegio.
23. Darío Cardozo, estudiante de colegio. DARIO CARRAZCO
24. Pastor Castro, estudiante de colegio. CANSINO
25. Julio Ovando, estudiante de colegio
26. Desiderio Lora, estudiante de colegio.
27. Felipe Iturrichia. Contador.
28. Eulogio Selvas. Telegrafista.
29. Martín Ipiña, estudiante.
30. Eladio Fiengo.
31. Eulogio Mendoza.
32. Manuel Galdo.
33. Ceferino Valda,
34. Fortunato Sánchez.
35. Adrián Pacheco.
36. Hermógenes Céspedes. CBBA
37. Benjamín Moldes. CBBA
38. Eloy Céspedes. CBBA
39. Ascencio Balderrama. CBBA
40. Tomás P. Tapia.
41. Gavino Hidalgo.
42. Fabio Espada.
43. Erasmo Flores.
44. Marcelino Ayala.
45. N. Barzola Herrero.
EXTRAVIADOS QUE SEGÚN VERSIONES SERIAS HAN SIDO VICTIMADOS POR LOS INDIOS JUNTAMENTE CON LOS HERIDOS.
46. Rdo. Juan Fernández de Córdoba. Presbítero franciscano Capellán del escuadrón “Sucre”, Diputado por Chuquisaca y Rector del Colegio Seminario.
47. Claudio Llanos Franciscano.
48. Coronel José R. Ávila.
49. Leonidas Dorado, abogado, miembro del Directorio Liberal.
50. Belisario Loza, estudiante 5º año derecho quedó por no separarse de su hermanito.
51. Gregorio G Toro, estudiante de colegio.

HERIDOS QUE QUEDARON EN EL TEMPLO DE AYOAYO.
52. Melitón Sanjinés 3º Jefe del escuadrón “Sucre”.
53. Andrés Loza, licenciado en derecho.
54. Germán Vega, estudiante de 5º año de derecho.
55. Eladio Sucre, estudiante del Colegio Militar.
56. Jorge Campero, dentista.
57. Mariano Matienzo tipógrafo.
58. Gerardo Calvo empleado de Colquechaca.
59. Raymundo Vargas.
60. Félix Morales.
61. Prudencio Gómez, abogado hijo del actual ministro de Guerra.
62. Napoleón Camacho, bachiller de Letras. .
63. N. Zuna. Empleado de Correos. LLEGÓ SOBREVIVIENTE A ORURO
64. Jesús Martínez tipógrafo. LLEGÓ SOBREVIVIENTE A ORURO
65. Manuel Vasquez
66. Miguel Gonzales
67. Fabio Espada
68. n Carretero
69. Carlos Barrios
70. n. Ochoa
71. n. Moscoso
72. José Peres
73. n. Montero
74. n. Loayza
75. Isaac Caso
76. Eulogio Silva
77. Gabino Iraola
78. n. Ayala
79. n. Silva
80. Adolfo Siles CBBA
81. Nicanor Vargas. CBBA
82. N. Barrero
TOTAL 78 ASESINADOS. Llegaron 6 a Oruro
Seis soldados cochabambinos aparecen en la lista masacrados y salvajemente comidos sus despojos humanos: Hermógenes Céspedes, Benjamín Moldes, Adolfo Siles, Ascencio Balderrama, Nicanor Vargas, Eloy Céspedes.

Artículo descriptivo de El Heraldo recibido de La Capital Sucre.

“Ahí está el cuadro más horroroso que el Universo haya contemplado. Heridos arrancados del sagrado templo y mutilados en vida; hombres despedazados y quemados; y alrededor de estos despojos una turba de caníbales con las fauces llenas y la bocas tintas de sangre humana. Ahí está la profunda sima, la infranqueable barrera de sangre entre La Paz y el resto de La República. ¿Qué es esto Dios santo? ¿Es la realidad la que `palpamos o somos víctimas de un horrible ensueño? Madres, hijas, esposas y prometidas: confundid vuestras lágrimas con vuestras maldiciones. La hidra de la revolución acaba de inscribir los nombres de los vuestros en el escalafón de los mártires por la Patria. ¡Bolivianos todos: una lágrima para ellos y un brazo armado para castigar el gran crimen!
Los indios y las mujeres dejaban caer de los techos grandes pedrones. Uno de ellos tocó al soldado Eulogio Selvas que cayó del caballo, recibió otra pedrada que lo dejó exánime, cayendo en seguida sobre él una lluvia de palos hasta ultimarlo. Son alcanzados por las turbas de caribes que sacian su sed con la sangre de las víctimas y su hambre con los miembros humanos todavía palpitantes. De la pálida frente de un moribundo mana un torrente de sangre. ¡Qué horrible cuadro! ¡Qué ejemplo tiene en la historia esta matanza salvaje! El tempo ha sido quemado y degollados los heridos, todos los que en él se hallaban. ¿Ha saciado La Paz su sed de sangre? Se ha cumplido la idea federal de arrancar de los bancos del parlamento para bautizarla con torrentes de sangre? Entre La Paz y el mediodía de Bolivia hay un río de sangre que ni ella lo pasará ni nosotros lo franquearemos.
Los asesinatos de Cosmini y las degollinas de Ayo Ayo son la eterna excomunión de ese pueblo. ¡Desde el 24 de enero de 1899, ni La Paz es Bolivia, ni Bolivia es La Paz!”.

“Lugentes Campi” – “Alegoríá de Ayo Ayo”

Lugentes Campi es el título de un escrito sobre los sucesos de Ayo Ayo del eminente orador Mariano Baptista. En una hermosa alegoría el conocido pintor José García Mesa, trasladó al lienzo con una habilidad digna de él, el campo de dolor descrito en el artículo mencionado. Bolivia, representada por una mujer, tiene retratada en su semblante, la más viva desesperación y entre sus manos está arriada la tricolor; a lo lejos se distingue el incendio de templo de Ayo Ayo y a cierta altura se divisan las siluetas de Córdova, Sanjinés, los hermanos Loza y demás mártires con un parecido formidable”.
Las innecesarias crueldades de los soldados unitarios también provocaron en respuesta una terrible masacre en la iglesia de Ayo Ayo, donde el escuadrón constitucional Sucre fue muerto en manos de los indígenas. La muerte de lo más selecto de la juventud sucrense en Ayo Ayo fue un golpe difícil de olvidar para los chuquisaqueños. Indignado por estos acontecimientos Mariano Baptista escribió uno de los artículos más racistas contra la población aimara titulado “Lugentes Campi”, campos del dolor.

LA MASACRE

Después de la batalla del primer crucero del 24 de enero de 1899, las derrotadas fuerzas alonsistas se retiraron a descasar y curar sus heridas en el pueblo de Ayo Ayo. La selecta juventud chuquisaqueña no sabían el final trágico que les esperaba en ese sitio.
El doctor Antonio Dubravcic Luksic en su artículo “LA GUERRA FEDERAL” – MASACRE DE COSMINI Y AYO AYO- publicado en http://www.revistamedica.8m.net (Federal) escribe de la siguiente manera:

“…Los heridos en el combate de Cosmini se quedaron en Ayo Ayo. Al atardecer, más de un centenar de comunaríos rodearon el pueblo, tomaron la plaza principal y el hostigamiento a los heridos que se encontraron refugiados en el templo.
Ayo Ayo, en una aparente tranquilidad, se notaba que algo terrible fuera a ocurrir, se dice que un manto plomizo cubría el cielo, se escuchaba el ulular de los chiflones del viento, haciendo mover los pajonales del altiplano.
El Templo de Ayo Ayo, servía de asilo y hospital a los heridos, donde los curas franciscanos, trataban de mitigar el dolor de los heridos, lavándoles con trapos empapados de agua, afuera, los vecinos se preparan asegurando sus puertas, para no ser agredidos.
Don Camilo Blacut, chuquisaqueño, pero vecino de esa localidad, decide protegerse en el Templo, junto a sus dos pequeños hijos, mientras en las cercanías del lugar, expectantes, agazapadas, las hordas de Zárate Willca, esperan la orden de ataque.

De pronto, rompiendo el silencio pesado, se escucha gritos salvajes, confundidos con el sonido de miles de pututus, los brutos saltan de sus posiciones, rostros cobrizos atizados por el sol, cubiertos con “wayrurus” y sombreros rústicos, invaden las calles de Ayo Ayo, atacan las casas, arrojando antorchas a los tejados de paja, los vecinos, aterrados les abren las puertas para ofrecerles alcohol, con la creencia de no ser dañados.
La indiada, ingresa a las casas atropellando, se apodera de las botellas, para luego beber como si fuera agua, se embriagan más de lo que estaban, en ese estado, se acercan al Templo Sagrado, gritos y saltos demoníacos se nota en estas hordas, al estilo de los “Hunos” de Atila, comienzan a destrozar la puerta, adentro, el padre Jesuita Juan F.de Córdova, capellán de la tropa, reza el “Padre Nuestro”, los soldados ven azorados a la indiada beligerante. Una vez abiertas las puertas del Templo, se abalanzan sobre don Camilo y sus dos hijos, son arrastrados al centro de la plaza, allí, sobre una roca, lo tienden como para hacer un sacrificio humano, le arrancan la lengua, le vacían los ojos, le cae golpes de “makanas”, don Camilo, muere horrendamente en medio de un charco de sangre, y ante los gritos desesperados de sus pequeños.

No satisfechos con este horrendo acto, se dirigen al Templo en busca de más víctimas, el padre Fernández de Córdova, sale al atrio portando en las manos un crucifico, lleno de terror y mostrándoles la cruz, exclama: “Háganlo por él, no nos maten, todos somos hermanos”. ¡Dios los castigará! Todo fue en vano.
El padre Fernández de Córdova, es levantado, luego conducido al centro de la plaza, con golpes de hacha le cercenan los pies, con un tajo de cuchillo le abren su pecho, para arrancarle el corazón, que palpitante aun, desaparece entre los dientes de un caníbal del altiplano.
Los curas franciscanos, son apresados mientras rezaban en el altar, los malditos se abalanzan sobre ellos, y de inmediato les cae golpes de hachas.
Finalmente son degollados, sus cabezas, son arrojadas de un lado a otro, haciendo un juego macabro, con gritos salvajes de los beodos.

El Coronel José de Ávila, se esconde en el sepulcro destinado a la imagen de Cristo, los malditos no respetan el lugar, le sacan, de inmediato recibe puñaladas, dándose fin a su vida, en medio de la algarabía, de estos “Atilas” del altiplano.
Melitón Sanjinez, herido en una pierna, recibe en pleno rostro el impacto de la punta de una picota, crujen sus huesos de su cara, muere instantáneamente, el pico, quedó clavado en su rostro.

Félix Morales está siendo mutilado, desaparecen sus pies y manos, luego lo rematan degollándolo.
Víctor Betancour, Ismael Roncal, Eladio Fiengo y Eulogio Selvas, son colgados desnudos boca abajo en las vigas, con cortes de cuchillo son vaciados sus intestinos, quedan como animales faenados.
A Ricardo Alba, Belisario Lora, Miguel González, Jorge Campero, y Mariano Matienzo, ya muertos, con los brazos colgantes, están siendo arrastrados, atados sus pies con cables de telégrafo a los caballos, para luego ser arrojados a las hogueras.

A Calixto Risco, lo están degollando, luego su cabeza es mostrada, por un janigua embrutecido.
Abel Benavides, trata de huir, un certero hachazo en la nuca lo deja en seco. A Pastor Castro, Zacarías Urizar, Claudio Sucre y Adrián Pacheco, “les están arrancado sus lenguas”, los borbotones de sangre no los deja respirar, con picos y hachas dan fin a sus vidas, para luego ser clavados en los muros.
Dos muchachos esperan su turno con terror, bien abrazados en un rincón, a Andrés Loza, en poco tiempo lo rematan a machetazos. Su hermanito Belisario, de 12 años, que se quedó a cuidarlo… ¿y de ese niño?… en breves minutos, ¡sólo quedan sus huesos!... ¿Y la carne?... ¡¡Horror!!.

¡¡Lugentes Campi!! ¡¡Campos de dolor!!

La iglesia con las puertas abiertas de par en par, se inunda con la sangre de estos infortunados. El altar se convirtió en piedra de suplicio, ya muertos los victimados, siguen recibiendo golpes, que se sienten sordamente en el ambiente
Todo ha terminado; ahora, solo se siente el hedor de los alientos, el hacinamiento de la indiada, los caníbales del altiplano, brindan con alcohol su macabra tarea, se escucha sonidos guturales, de sus belfos babosos.
Los lobos humanos abandonan el templo, el silencio invade el lugar, sólo se escucha el gemido del viento, como si fuera un llanto aterrador, las vigas de madera, crujen con el peso de los cuerpos colgados, que se balancean en un vaivén, lento y macabro.

Brazos, piernas, cabezas, cuerpos descuartizados, revolcados en charcos de sangre, esparcidos por todo el atrio, que hace días, servía para elevar una oración, ahora, se convirtió en un matadero baldío, lúgubre, tétrico y espeluznante, un escenario dantesco, sembrado de cadáveres mutilados, junto a imágenes religiosas, manchadas de sangre, mudos testigos del dolor y el horror…”


COMENTARIO. 
Este relato macabro lo enviaré al Concurso de Literatura  Fantástica convocado por una entidad literaria argentina. Seguramente ganaré el Primer Premio.
Solamente anotaré al término del escrito:
No es un relato imaginado sino un evento real, un feroz atentado contra la vida y la dignidad de los ciudadanos de Bolivia efectuado por asesinos sin nombre, apañados por la política criminal de ese tiempo y realzado con odio y perversidad en este tiempo.